Tuvo palabras de agradecimiento por sus últimos años en Inca
El pasado sábado día 16 la Catedral de Mallorca se llenó de fieles, hecho que solo ocurre en las grandes solemnidades. Fue todo un acontecimiento para la diócesis. Era la celebración solemne de la misa de acción de gracias en homenaje al Obispo mallorquín, Monseñor Antoni Vadell Ferrer, que fue consagrado el pasado día 9 Obispo Auxiliar de Barcelona.
Más de 100 sacerdotes llegados de todos los puntos de la diócesis y también de Barcelona, clero catedralicio y el Administrador Apostólico de la Iglesia de Mallorca, Sebastià Taltavull, que también es Obispo Auxiliar de Barcelona y que, arroparon a Antoni Vadell, que presidía la celebración. Estaba acompañado de Monseñor Sergui Gordo, que también ordenaron Obispo con él en la Sagrada Familia de Barcelona.
Numerosos feligreses de la ciudad de Inca, en autocares, tren y coches particulares y de las parroquias de la Unitat de Pastoral de la Mare de Déu en las que monseñor Antoni Vadell estuvo ejerciendo su ministerio pastoral hasta hace quince días. También había antiguos feligreses de Sant Josep Obrer, la de Corpus Cristi o la de Ramón Llull, todas ellas de Palma, no quisieron perderse el acto la importante celebración.
Asimismo, los padres emocionados, hermano y la familia del Obispo mallorquín estaban en el primer banco. También un gran número de fieles de Llucmajor, el pueblo natal de Antoni Vadell, estuvieron presentes en la misa de acción de gracias.
El Coro de la Seu y los Vermells estaban al completo y con sus voces dieron mayor brillantez a este acto de acción de gracias. Hacía cincuenta años que no habían ordenado Obispo a un sacerdote diocesano.
Los políticos estuvieron al lado de Antoni Vadell Ferrer. Por parte del Govern estaba la Consellera d’Hisenda, Catalina Cladera ; del Ayuntamiento de Palma, el exalcalde José Hila. También el expresidente del PP Miquel Vidal; el Alcalde de Inca, Virgilio Moreno; el de Llucmajor, Bernardí Vives,; las Conselleras insulares del PP Catalina Cirer y Margalida Roig, entre otros.
No hay que olvidar que Antoni Vadell con sus 45 años, es el Obispo más joven de España y uno de los mejores exponentes de la iglesia de Mallorca y había mucho interés en escucharle
Durante su homilía, Monseñor Antoni Vadell dio las gracias a la Iglesia de Mallorca y a todos sus integrantes por el apoyo que le han dado desde sus inicios en el ministerio sacerdotal. Tuvo unas emocionadas palabras para los jóvenes y catequistas que estaban situados en los primeros bancos. El nuevo Obispo trabajó con mucha dedicación en este campo que él se encargó de gestionar y potenciar como delegado episcopal del Bisbat de Mallorca hasta hace pocas semanas.
No rehuyó el tema catalán, por su condición de obispo auxiliar de Barcelona, realizando una apuesta clara por el diálogo: “En Cataluña piden que los obispos digamos una palabra. Pero ahora es el momento de escuchar. En estos tiempos complejos, creo que debemos abandonar la cultura del tuit y los 140 caracteres, es el momento de apostar por el diálogo profundo y escucharse unos a otros.”
El Obispo Antoni Vadell, consciente de que su actual responsabilidad está ahora en Barcelona, apeló al don de saber escuchar, palabra que repitió muchas veces, ligándola al concepto «diálogo».
Puso toda su experiencia de su tiempo de sacerdote y su actual altura intelectual como Obispo a apelar al entendimiento a partir de la comprensión del que está hablando. Así se pueden tomar decisiones, dijo.
También hizo una llamada a la cultura del matiz, contraponiéndola al Twitter, tan de moda hoy en día, apuntando que los mensajes simples impiden la comprensión profunda de la realidad.
Antoni Vadell se emocionó al referirse a la Iglesia de Mallorca ,a sus años de trabajo en la Unitat de Pastoral de la Mare de Déu, las ocho parroquias de las que era su Rector, hemos trabajado y dialogado mucho, dijo. Desde la sencillez, la humildad, se puede hacer cosas muy grandes. Repitió numerosas veces la palabra gracias.
Una vez terminada la celebración religiosa se invitó a los más de dos mil fieles presentes en el templo a saludar al nuevo Obispo. Antoni Vadell, tras abrazar a cada uno de los sacerdotes celebrantes , atendió uno a uno a los más de dos mil fieles durante más de una hora. Saltándole las lágrimas por la emoción de reencontrarse con muchos conocidos.
El pasado domingo por la mañana presidió la celebración religiosa en el Santuario de Lluc. Al tiempo que le agradecemos todos sus trabajos y desvelos en estos tres años de estancia en Inca, le deseamos toda clase de aciertos en su nuevo trabajo episcopal en Barcelona.
Guillem Coll