El Via Crucis del Dimarts Sant congregó más de mil fieles

En esta ocasión fue presidido por la familia Martorell Rigo

             Sin duda hay que reconocer que el Vía Crucis o la procesión del silencio es la que se celebra con más recogimiento y devoción de las que se celebran en nuestra ciudad. En la misma no se reparten los confites por parte de los cofrades y los fieles no asisten al mismo como espectadores, sino que desfilan en la misma detrás de las cofradías y sacerdotes y animador de la predicación.

          En muchas ocasiones y este año se pudo comprobar, la procesión impresiona por el silencio y la cantidad de fieles que llenan toda la Gran Vía de Colón o la calle General Luque. Además de las cofradías en algunos tramos de su recorrido ya que algunas personas no lo hacen en su totalidad ha habido más de dos mil fieles. En esta ocasión además de las Cofradías la cantidad de fieles  superaba las mil personas.

          La misma comenzó las 9 de la noche en la Parroquia de Santa María la Mayor y en distintas ocasiones lo han presidido y animado los tres últimos obispos de Mallorca Teodoro Ubeda, Jesús Murgui y Xavier Salinas, destacando el recogimiento y devoción del mismo. La procesión tiene más de tres horas de duración terminando sobre las 0,30 de la madrugada.

          Empezó con unas palabras de bienvenida del Rector Antoni Vadell, que agradeció la presencia de los fieles, de los animadores del mismo Familia Martorell Rigo y todas las personas que lo hacen posible.

         La misma realizó nueve estaciones pasando por todas las parroquias e iglesias de la  ciudad. El pasado año se añadió el de la Residencia de Miquel Mir, después Sant Francesc, Cristo Rey, Santo Domingo, La  Salle, Monges Tancades, Colegio de La Pureza y de nuevo la última Santa María la Mayor.

        En esta ocasión la animación no estuvo dirigida por un sacerdote o religioso, sino por un matrimonio seglar Jaume Martorell, responsable del laicado de la Diócesis de Mallorca y su esposa Malén Rigo, con su hija Laura Martorell Rigo, su hijo mayor Juan no pudo asistir al mismo ya que se encontrará de viajes de estudios. Prueba evidente de que hay muchos laicos preparados y que trabajan en la diócesis.

      Sin duda fue todo un aliciente que una familia que conoce mejor la situación real de la vida de la calle y la problemática  propia de la familia, hijos. juventud con su vivencia pudo animar esta celebración, con su experiencia, aportación y su similitud a la problemática actual de guerra, paro, violencia de género y un lenguaje sencillo que llegada a los participantes.

        La climatología acompañó la celebración realizando el recorrido habitual, mientras que en algunas ocasiones por la  lluvia se ha realizado en el interior de  Santa María la Mayor, aunque pierde el encanto de su recorrido exterior

         Al final nuevamente Antoni Vadell, agradeció la labor de la Associació de Confraries de Setmana Santa , el  recogimiento de los fieles, deseó unas buenas fiestas de Pascua a todos, extensivo a los enfermos.

                                                                                         Guillem Coll.

Texto completo del Via Crucis VIA_CRUCIS INCA 2017


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